Preguntan para qué sirve
Por: Carla Huidobro
Preguntan para qué sirve.
Qué impacto tiene.
Si es útil.
Si se puede aplicar.
Si mejora algo “medible”.
Como si el pensamiento tuviera que dar resultados en Excel.
Como si nombrar el dolor no fuera suficiente.
Como si investigar la ternura,
el cuerpo,
la memoria,
la rabia,
no contara como trabajo.
Hay que justificar cada línea,
cada texto,
cada palabra que no suene técnica.
Convencer al comité.
Explicar a la familia.
Traducir para que los que deciden crean que vale la pena.
Como si amar lo que se hace no bastara.
Como si pensar desde otro lugar necesitara permiso.
Como si la importancia tuviera que gritarse para ser reconocida.
Y mientras tanto,
el trabajo sigue.
Silencioso.
Sólido.
Haciendo algo que quizá no se ve,
pero está cambiando.